martes, 5 de noviembre de 2013

Sueño apasionado...

Llegaste a mi vida como una pequeña luz,
la que iluminaba con su sonrisa tímida un bello cariño,
uno tibio, sencillo y desinteresado,
ese que con alegría se tiñó.

Una sentencia que nos une, un mandato divino,
en que los dioses se empeñaron en cruzar nuestros caminos,
no para mal, ni obligado, tampoco impuesto,
sino para estremecer y disfrutar este gesto.

Un destino ineludible para recorrerlo juntos,
uno tan embriagante como el vino para sentir esa excitante sensación,
donde nuevas rutas en el camino de la vida serán descubiertas
quebrando reglas y normas que desconocidos imponen...

Te convertiste en una pequeña abeja que clavó su aguijón en mi pensamiento,
que poco a poco con sus detalles te convirtieron en la reina de ese panal de ideas,
esas dulces y tiernas que produces con tu hermosa mirada
y que me apegan a tu cuerpo lleno de un puro deseo.

El cariño cambió, una crisálida empezó su transformación,
y una reluciente Cleopatra salió y conquistó,
sus ardientes ojos a mi cuerpo quemó
y las ansias locas por sus besos me dominó.

Te busqué por todas partes, hasta en reinos ajenos,
pero solo en el de Morfeo, en ese palacio que todo permitió,
encontré a mi hermosa ninfa convertida en hermosa mariposa
que con sus colores naturales me deslumbró.

Fue la mariposa que en mi pecho se incrustó,
que volando en mi cabeza sin cesar
con su cuerpo desnudo que me cautivó
destruyendo todas las barreras que me mundo mostró.

Sueños guardados por nuestra cómplice deidad,
que vigila y cuida que los roces de nuestros cuerpos
no se desvanezcan con el despunte el alba,
sino que sean los motivos que alegran las mañanas...

Las caricias apasionadas que se deslizan por nuestros cuerpos
y la fusión explosiva de los besos que cubren nuestros poros
solo han llegado por medio de las visitas clandestinas
de nuestros sueños a la cueva de Hipnos.

Solo Nix, la diosa noche, nos acompaña en esta onírica pasión,
la que nos llevará al éxtasis más profundo
cuando nuestros cuerpos se fusionen en uno solo
y su sudor nos bañe para demostrar
que dos almas están tan unidas que se manifiestan
con el calor de los besos y las caricias
hasta el amanecer que no necesita de un sol...






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